David y su familia nos habían contactado tras haber ido al albergue donde habían adoptado a Max para preguntar los datos de un educador canino.
Max se ponía agresivo con todo: humanos y congéneres. No hacía tampoco mucho caso a sus amos.
Hemos trabajado con Max y hemos hecho una parte del trabajo, le queda un poco para estar perfecto.
Pero al día de hoy, Max ha cambiado como lo dice David...